beteve.cat propone al público del festival 48h Open House BCN una ruta histórica desde el pasado industrial hasta las transformaciones vividas a partir de los Juegos Olímpicos de 1992 en el barrio de El Poblenou.
Ruta histórica por El Poblenou
Con una historia marcada por la época industrial, y vertebrado a partir de su famosa rambla, hoy El Poblenou es un barrio donde conviven vecinos, personas de todo el mundo que trabajan en las nuevas industrias tecnológicas y de la comunicación y turistas atraídos por la playa. betevé propone un recorrido a través de los siguientes edificios:
En 1895, un grupo de trabajadores creó Pau i Justícia, una cooperativa de consumo que ha acabado siendo un teatro.
En 1909, en la antigua cervecería Cebrián, donde ahora encontramos la horchatería El Tío Che, se fundó el Club Esportiu Júpiter. Hoy, en los Jardines del Doctor Trueta, se conservan las gradas del estadio que se construyó entre los años veinte y cuarenta.
En 1912, una familia alicantina vino a Barcelona para hacer las Américas. Mientras esperaban el barco que tenía que llevarlos a la tierra soñada, se pusieron a vender horchata para ganarse la vida. Primero en La Barceloneta y luego en El Poblenou.
Entre los años 1882 y 1892, esta instalación proporcionó agua potable a toda Barcelona, pero la historia terminó en tragedia.
En 1939, la gran cantidad de presos del franquismo hizo que habilitaran nuevos espacios como prisión, entre ellos, la conocida como la prisión del Cáñamo.
Miles de migrantes valencianos llegaron a Barcelona a principios del siglo xx y se instalaron en un vecindario de El Poblenou. Hoy todavía pueden verse las casitas que construyeron.
Historia de La Licorera y el loro que imitaba el silbido de los tranvías y hacía que salieran cuando no debían.
La farmacia Taulat, fundada en 1877 por el farmacéutico y político Joan Agustí Carreras, ha sido testigo de algunos de los capítulos más oscuros del barrio.
Ubicado sobre un antiguo prado de indianas, en 1819 se construye el cementerio de El Poblenou, obra del arquitecto italiano Antonio Ginesi, que lo concibió como una ciudad romana.
En el cementerio de El Poblenou hay una tumba más concurrida que el resto. Se trata del nicho 138 de la manzana 4ª, que pertenece a Francesc Canals i Ambrós, conocido popularmente como el Santet del Poblenou.
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