Badalona, como buena ciudad moderna, es policéntrica pero en su corazón se enlazan las arterias vertebradas de la ciudad: desde el primer trazado del cardus y del decumanus de Baetulo, pasando por el enclave medieval de Dalt la Vila y la ganancia de tierras a Baixa Mar, hasta la llegada del ferrocarril y la industrialización hasta la plaza de Pompeu Fabra y el futuro intercambiador.
El festival es un momento único para disfrutar de experiencias relacionadas con el patrimonio de la ciudad (desde las ruinas romanas hasta la ciudad contemporánea), y este año se tiene la oportunidad de sentir la arquitectura. Esta edición del festival pretende pensar los espacios desde los sentidos y las sensaciones, a través de palabras como esencia, armonía, calma o sorpresa.
Este año destacamos la Casa Carme, la transformación de una casa entre medianeras para adaptarse a las necesidades actuales sin perder el carácter propio de la tipología original; la Casa Enric Mir Carreras, una construcción con un lenguaje modernista desprovisto de las connotaciones políticas y sociales de la época; la Masia Can Miravitges, con origen en el siglo XI y que actualmente acoge la sede de la Escola de Natura Angeleta Ferrer; y el Taller BDN, un espacio de creación, producción y difusión escultórica en una antigua nave del centro de la ciudad.
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