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18/04/2017

Libro 345 formas de vivir (en) Barcelona: TESTIMONIOS

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La edición del libro “345 formas de vivir (en) Barcelona” ha sido, desde un principio, un proyecto coral dónde han participado los coordinadores del Festival (valorando posibles maneras de destacar la multiplicidad de agentes que participan), y diferentes colaboradores que han aportado reflexiones sobre el Festival. Además, la asociación 48 h Open House Barcelona recibe, en cada edición, anécdotas de testigos que han participado al Festival: arquitectos, propietarios y voluntarios que, durante un fin de semana al año ayudan a que la arquitectura sea la protagonista de la ciudad y nos explican su experiencia.

El resultado de este proyecto coral es un libro que muestra como se vive hoy en Barcelona a partir de su arquitectura y que clasifica los edificios teniendo en cuenta sus usos actuales, nuevo capítulos que definen diferentes maneras de vivir (a) la ciudad: espacios para vivir, espacios para trabajar, espacios para aprender, espacios para la socialización, espacios de ocio, espacios para la espiritualidad, espacios para la creatividad y la innovación, espacios de representación y espacios de apoyo – infraestructuras. Cada capítulo lo encabeza una vivencia personal que vincula la arquitectura con sus ciudadanos y, por lo tanto, da sentido en la ciudad.

Agradecemos especialmente la colaboración personal de Irene Llorens, Carolina Martínez, Natalia Ojeda, Arturo Frediani, Guillermo Giraldez, Marta Puvill, Pedro García, Manuel Martínez-Fortún, Joaquim Matutano, Josep M. Julià, Fernando Amat, Marc Aureli Santos y Antoni Vilanova; sus anécdotas demuestran que detrás la historia de un edificio, no sólo se esconde su arquitectura sino las vivencias de muchos ciudadanos.

ESPACIOS PARA VIVIR
«Conocí Carolina en una cola de la Open House; yo iba con mis dos hijos Hug y Marcel
y le pedí si me podía cuidar el pequeño mientras preguntaba a los voluntarios cuando tardaríamos a entrar. Entablamos una bonita conversación sobre la arquitectura. Un mes después le trucaba porque me asesorara para la rehabilitación de un ático que había encontrado. El resto fueron ocho meses de trabajo común definiendo el que queríamos y adaptándonos al presupuesto. Era el primer proyecto del estudio de arquitectura de Carolina y mi primero como interiorista. El octubre del 2013 presentamos el piso al Open House.»
Irene Llorens y Carolina Martínez, público del Festival