Se trata del proyecto de cambio de uso del pabellón novecentista Canigó, en el recinto Torribera, de los arquitectos Masó y Pericas. El edificio se había destinado principalmente a la atención y la residencia de enfermos mentales, y ahora se propone un nuevo uso, como escuela de restauración. El proyecto es atento a los espacios y los acabados originales y busca enfatizar la estructura de vueltas y arcos de la arquitectura novecentista. Los espacios del pabellón son bastante versátiles y generosos para permitir la ubicación del nuevo programa de forma holgada y de acuerdo con los requerimientos funcionales actuales. El tratamiento interior es muy neutro y busca la expresión más clara y limpia posible de las instalaciones.