La Casa de Convalecencia, con una superficie de 6.235 m2, es una de las últimas obras del modernismo catalán y forma parte del recinto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Su construcción estuvo dirigida por Pere Domènech i Roura, que colaboró con su padre, Lluís Domènech i Montaner, y le sustituyó en la dirección de las obras a su muerte, en 1923.
El edificio, que se destinó a albergar a personas convalecientes –con capacidad máxima para cien residentes–, destacaba por los solariums acristalados y contaba con una capilla, que dividía el edificio en dos alas, una para hombres y otra para a mujeres. La Casa disfrutaba de vida autónoma del Hospital, con economía, cocina y farmacia propias.
La Universitat Autònoma de Barcelona obtuvo la concesión para la utilización del edificio en el año 1969, con el objetivo de desarrollar en él diferentes actividades académicas, lo que consolidó la presencia de esta universidad en la ciudad.
Años más tarde, en 1998, el edificio fue rehabilitado para adaptarlo a esos usos académicos con la voluntad, también, de devolverle su forma original: se rehabilitaron fachadas y cubiertas (con la gran cúpula central) y el edificio se adecuó como equipamiento de aulario, ubicando la biblioteca en la planta sótano. Actualmente, la Casa de Convalecencia es la sede de la Fundació Universitat Autònoma de Barcelona.